Ehrlich, Lucía

Técnica
Arte performático, curaduría, instalación
Técnicas / soportes utilizados en su práctica artística
Performance, Cine experimental, Curaduría, Fotografía, Obra conceptual
Trayectoria artística
Nace en Montevideo, Uruguay en 1989. Artista performática, fotógrafa y curadora. Define su trabajo como manifiestos feministas que encarnan acciones performáticas callejeras, video-performances e instalaciones. Sus últimas investigaciones son en torno al Posporno. Es egresada de la Université Paris VIII Vincennes-Saint-Denis en Artes Plásticas. Actualmente radica en Montevideo, Uruguay, donde realiza una Maestría Binacional entre Paris VIII y la UdelaR, en Filosofía del Arte y Críticas Contemporáneas de la Cultura. Es también investigadora en Estudios de género. Integra desde el 2014 el Programa de Formación Permanente en la Fundación de Arte Contemporáneo (fac), Montevideo, Uruguay, donde es miembra activa. Directora, intérprete y creadora de la obra ganadora de la Movida Joven de la Intendencia Municipal Pica!, Teatro El Galpón (2012). Intérprete y creadora de la obra de danza contemporánea El Mundo En Un Lugar Sala Zabala Muniz, Teatro Solís, Ciclo Montevideo Danza, Fundación Itaú (2013). Obra de fotografía, instalación, falso documental y performance callejera Ajo & Agua. Exposición en De Cajón, Fundación Unión, curaduría Guillermo Baltar (2015). Obra Entre disparos. Video performance y performance callejera (2015-2016). Expositora en III Jornadas de Debate Feminista, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de la República, Montevideo y Maldonado, Uruguay. Taller Mujeres en el arte (2016). Curadora y expositora de la exposición transfeminista Jaque, en el Centro Cultural España de Montevideo (2018). Organizadora del Primer Festival Posporno del Uruguay en Centro Cultural España (2018).
Fecha de Nacimiento
05/12/1989
Lugar de Nacimiento
Montevideo, Uruguay
Lugar de Residencia
Montevideo, Uruguay
Email
luciaehrlich@gmail.com
Redes

Obras

El bezo azul

Habitamos los márgenes sin balancearnos en el equilibrio frágil del límite. No sobrevivimos por la promesa de pertenecer. La disidencia nos esclaviza a la libertad de no pertenecer. No estamos en la teoría ni en la práctica. No nos busquen en el objeto ni en el sujeto. No somos hombres ni mujeres. No somos las masas. No queremos convencer ni domesticar. Somos el producto intasable del mercado, el código de barra fallado. Somos cuerpxs protésicxs, maquinarias contraproductivas. Somos núcleos, sueltos, latiendo, unidos por la percusión terrestre de nuestras marchas disímiles, por el olor de nuestros flujos dispersos en el viento. Habitamos en la ilegitimidad. Del arte, de la política, del cuerpo. Desobedecemos todas las cartografías, desplegamos geografías nuevas. Del arte, de la política, del cuerpo. No logramos digerir la puesta en escena como realidad. Ningún maestro con ningún libro nos convence. Somos nuestro propio terreno de investigación. Cuerpx-memoria, cuerpx-pulsión, cuerpx-identidad. Las fuerzas contingentes de las ambigüedades que lx habitan, lx desbordan y se traducen en potencia desobediente. Dudamos, y en nuestras dudas nos desdefinimos. Dudamos, y en nuestras dudas nos permitimos usar el material elástico de la ficción. Para estirarla y estirarla. Y nos declaramos revolucionarixs. Ilegítimamente revolucionarixs. No soñamos con la revolución homogeneizante. Soñamos con la oposición radical de la producción de la diferencia sexual. Con subjetividades únicas que no precisen violentar para expandirse. Nos refregamos por entre los pliegues la lucha verdadera, la de cosas serias, la transpersonal. Si sus luchas no quieren de nuestras bombas, nuestras bombas explotarán también sus luchas. Declaramos con ira, nuestros puntos y apartes apuñalan los papeles. Sabemos del peligro de los manifiestos. Sabemos del absolutismo de los tatuajes. Pero uno atrás del otro, van perdiendo el fantasma del totalitarismo, van constituyendo una entidad plástica. Nuestros manifiestos son mutantes como nosotrxs. Hacemos manifiestos porque las preguntas no alcanzan. El diálogo sólo expone a los dueños de la verdad. Hacemos manifiestos pomposos, omnipotentes, sobradores, porque somos los desechos de la pompa, la omnipotencia y la altanería. Hacemos manifiestos para que tengan miedo. Para perder el nuestro. Para que entiendan que minuto a minuto, deseo a deseo, estamos haciendo política. Cicatrizamos la herida colonial en sujetx políticx. De cuando eligieron traernos y eligieron marcarnos, dividirnos, en base a segmentos, colores y formas de nuestrxs cuerpxs. Nuevos liberalismos con aparatos enormes mutando a toda máquina, para asfixiar nuestros discursos en marketing. Integrar este sistema no nos interesa. Desintegrarlo nos excita. Nuestros lenguajes crecieron en el silencio. De la fragilidad venimos, haciendo cuerpx. De la carne poblada de opresiones, exprimimos placeres. Travestimos las piezas del ajedrez del amo. Hackeamos la estrategia del ajedrez del amo. Somos hackers. Sudakas. Jaquers. Y declaramos el jaque.

Año:
2018
Medio:
Video instalación
Materiales:
Video instalación
Medidas:

Feministómetro

"La instalación dialoga con el juego Operación, en donde lxs niñxs debían encontrar el diagnóstico para un cuerpo y así, curarlo. La fotografía de un cuerpo monstrux-andróginx colocada en un simil block quirurgico/queerurgico. Una instalación eléctrica visible lo recorre. Y en cada parte del cuerpo una palabra. Feminista, Hombre, De izquierda, Facho, Prensa, Ravioles del domingo, Prensa, Médico, Redes sociales, Cacho Castaña, Feminista, Blancx Burguésx Heterosexual. Sobre cada palabra, un dispositivo, donde el público podrá ir colocando un conjunto de carteles con frases de distintos orígenes, indagando quién lo dijo y en qué contexto. En función del número de aciertos o errores, detectados por la instalación, la persona recibe un sello calificador como resultado del test: Feminista, Macho Progre o Facho. Invadiendo el territorio de lo lúdico-normativo infantil la artista propone, disfrazado de inofensivo, un juego donde los discursos cotidianos a los que nos enfrentamos les transfeministas, como sujetes confrontando radicalmente la producción de la diferencia sexual, son utilizados como picana en un cuerpo ilegible en términos de identidad de género. Discursos picaneando un cuerpo monstrux. Ejerciendo la misma violencia a través de la cual se imponen definiciones a cuerpos que quieren salirse de ellas, no hay más que tres categorías a las que se puede pertenecer como resultado del juego: ser feminista, ser macho progre, o ser facho."

Año:
2018
Medio:
Instalación performática
Materiales:
Fotografía, tinta, papel, cables
Medidas:
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