“Máscara de seguridad para rostros extranjeros” es un dispositivo paradójico que busca ocultar y ser altamente visible al mismo tiempo. Aunque sirve para esconder rasgos no suecos, intenta visibilizar el agudo fenómeno de la segregación de los inmigrantes en la sociedad sueca.
No existe una crisis de refugiados en Europa. Pero sí hay una crisis humanitaria global. Más de 65 millones de personas han dejado sus hogares debido a la guerra y la persecución. Solo una porción muy pequeña de estas personas llega a Europa. (Por ejemplo, menos del 2% de los refugiados sirios terminan en la Unión Europea). La mayoría de los refugiados a nivel mundial se trasladan dentro de las fronteras de su propio país o huyen a territorios vecinos. Los países que albergan el mayor número de refugiados son Turquía, Pakistán, Líbano, Irán, Etiopía, Jordania, Kenia, Chad, Uganda y China.
Pero aquí, en Europa, suenan las alarmas. Y lo que más preocupa a muchos conservadores no es la situación desesperada de millones de personas, sino la inminente llegada de miles de inmigrantes a sus países. Los inmigrantes son sistemáticamente invisibilizados, confinándolos a distritos periféricos. Gotemburgo no es una excepción, y los inmigrantes se concentran en unos pocos distritos como Angered y Hammarkullen.
Esta performance busca generar un espacio de reflexión para comprender este problema.